Trinidad Fuenzalida, alumna de nuestra escuela, se adjudicó el segundo lugar en la categoría 12 a 17 años en el Primer Concurso Literario School of Rock, auspiciado por Librabooks y Qué Leo Concón con este cuento.
Ella era muy impulsiva y hacía cosas sin pensar. Sin embargo una de sus millones de locuras la llevó a encontrar lo que más le apasionaba en la vida.
¿Qué fue lo que hizo? No halló nada mejor que inscribirse en un concurso cantando una canción que una vez escuchó en la teleserie favorita de su mamá sin tener absolutamente ningún conocimiento previo sobre cantar ni mucho menos sobre música.
Llegó el gran día y después de haber creído pasar la vergüenza de su vida, el premio al tercer lugar se dirigía hacia ella con un diploma con su nombre.
Al recibir el premio todos sus amigos y conocidos la felicitaron y repitieron la frase “No sabía que cantabas” a lo que ella respondía “Yo tampoco sabía”.
Fue ahí cuando algo se encendió entre ella y la música.
Nuevamente participó en el concurso pero esta vez haciendo un dúo guitarra y voz con su mejor amiga, su mamá. Y la historia se repite, la sorprende el premio del tercer lugar pero esta vez no era el profesor de su colegio quien le entregaba el premio, si no que un tipo con bigote que en su vida había visto, el que le regala una clase en algo que se llamaba “School Of Rock”.
Tuvo la clase que le regalaron y quedó fascinada, no podía asimilar que algo como cantar podría hacerla sentir así y que además, al paso de los meses la llevaría a conocer personas tan increíbles como sus amigos de ensamble y a sus profes.
Tras ya tres años siendo alumna, su profesor, el mismo tipo con bigote que le entregó el premio unos años atrás, la llama y le pregunta si estaba en un lugar tranquilo, a lo que ella le respondió que sí. “Prepárate para lo que te voy a decir”-le dijo su profesor-”Vas a cantar en el Lollapalooza”.
En ese momento su corazón comenzó a dar saltos de alegría y su cabeza no podía creerlo de tanta emoción que recorría su cuerpo. Esa llamada telefónica marcó el comienzo de unas de las mejores experiencias en su viaje musical.
Al llegar el fin de semana del festival, ella sintió lo mismo que con la llamada pero en forma masificada. Una ola de adrenalina recorrió todo su cuerpo, de pies a cabeza y los nervios se la estaban comiendo viva.
"...Quién diría que de una de las millones de locuras impulsivas de ella, llegaría a conocer su amor por la música y se llenaría de aplausos al cantar en un escenario de esta magnitud."
Todavía no podía asimilar cuál era el escenario en el que estaba parada.
Cuando llegó la hora de cantar el primer día, su pulso estaba a mil por segundo, todo era un sueño que simplemente se estaba cumpliendo.
Todo en el escenario fue increíble, vibró como nunca al cantar, sintió cada palabra que salía de su boca con cada canción.
El segundo día, era la confianza la emoción que recorría su cuerpo, además de esa adrenalina que ella disfruta tanto y que la hace sentir viva cada vez que se le aprieta la guata antes de cantar.
Se subió al escenario y lo dió todo para llenarse de esa alegría y felicidad que siente al cantar y al disfrutar la música.
Quién diría que de una de las millones de locuras impulsivas de ella, llegaría a conocer su amor por la música y se llenaría de aplausos al cantar en un escenario de esta magnitud.
Quién diría que esa persona fui yo.